
La economía de Puebla se basa en el turismo, impulsado por la riqueza histórica, arquitectónica y gastronómica de la ciudad. Sin embargo, se enfrenta a obstáculos que pueden dificultar su capacidad para crecer de forma sostenible y seguir siendo competitiva en comparación con otros destinos turísticos mexicanos.
La sensación de inseguridad es una de las principales barreras. A pesar de la sólida industria turística de Puebla, la preocupación por la seguridad puede disuadir a los visitantes, sobre todo a los extranjeros. Para combatir esto, es esencial poner en práctica tácticas eficaces que no sólo refuercen la seguridad, sino que también hagan evidente qué lugares son seguros para los visitantes. Consolidar la reputación del Estado como destino turístico deseable y accesible requiere desarrollar la confianza.
La conectividad y las infraestructuras suponen otro obstáculo importante. El acceso a muchas de sus atracciones sigue siendo un problema, a pesar de la abundancia de turistas. El flujo de turistas es restringido y es difícil acceder a lugares con mucho potencial debido a la ausencia de carreteras eficaces y opciones de transporte fiables. Además de facilitar el viaje a los turistas, una mayor conectividad con los estados y ciudades vecinas haría de Puebla un destino turístico más atractivo.
Además, la industria turística del estado siempre se ha centrado en la cultura y la religión, lo que es a la vez un punto fuerte y un inconveniente. El crecimiento del sector puede verse frenado por una excesiva dependencia de ciertos segmentos. Es hora de ampliar la oferta y dar a conocer otras opciones de viaje, como el turismo de aventura, de negocios y el ecoturismo en la Sierra Norte. Investigar estos mercados impulsaría la economía en varias partes del estado, además de atraer a un público más amplio.
Sin embargo, el crecimiento incontrolado del turismo también puede tener efectos perjudiciales, sobre todo para el medio ambiente y el nivel de vida de la población local. Por eso es crucial promover viajes respetuosos con el medio ambiente y el patrimonio cultural y natural. Cualquier estrategia de desarrollo turístico debe dar prioridad a regular la explotación de los recursos y garantizar el bienestar de la comunidad.
Un componente crucial para mejorar la experiencia del visitante es la profesionalización y formación del sector. La percepción del lugar y la fidelidad de los visitantes pueden verse afectadas significativamente si se cuenta con personal de servicio bien formado en atención al cliente, idiomas y gestión turística. Además de reforzar el sector, la dedicación a la educación y la formación mejoraría el calibre de la oferta turística del estado.